Qué es un entrenamiento funcional

Para defender o atacar ciertas formas de entrenar a las personas, metodologías concretas o filosofías, se suele dar uso del debate sobre si eso o aquello es funcional o no, atendiendo a argumentarios diversos. El más potente suele ser que un ejercicio o una metodología no es funcional porque no reproduce los movimientos cuotidianos de las personas e, incluso, porque no se reproducen en las mismas velocidades que en la vida cuotidiana. Suele ser el argumento que más leo y, para mí, es muy débil, puesto que siguiendo este argumentario ningún ejercicio es funcional, exceptuando los que puramente reproducen gestos cuotidianos. Incluso el mal-llamado “entrenamiento funcional” es el menos funcional de los entrenamientos, porque las personas no suelen usar en su vida de a diario el material que utilizan, ni las velocidades son las mismas, y en cuanto a los gestos técnicos, creo que no hay ninguno que usemos en la vida ordinaria.

Entonces, ¿qué es un entrenamiento funcional?

Para responder a ello, primero se debería saber qué se entiende por funcional. Según la RAE, funcionalidad es “cualidad de funcional”, siendo pues funcional definido como “perteneciente o relativo a la función o a las funciones”, y función aparece como la “capacidad de actuar propia de los seres vivos y de sus órganos, y de las máquinas o instrumentos”. También como funcional, aparece como referencia al diseño de una cosa como “diseñada u organizada atendiendo, sobre todo, a la facilidad, utilidad y comodidad de su empleo”. Entiendo que lo que es funcional es aquello que respeta la acción debida al diseño de los componentes implicados, en este caso en los gestos del entrenamiento.

Entonces, un “ejercicio funcional” sería aquel respeta la actuación de las partes del cuerpo involucradas en él, que respeta pues la función de tales elementos acorde a su diseño que, a su vez, está creado para realizar una cierta función (en el caso muscular esquelético, generar fuerza en un plano concreto para, al acortarse, generar movimiento de aquellos lugares donde esté insertado).

A efectos prácticos, entiendo que un ejercicio es funcional cuando respeta la función músculo-articular, es decir, trabaja en los rangos óptimos de la persona, la generación de fuerza es acorde al plano definido y a la intención del trabajo en la “zona diana” y no se potencian las compensaciones naturales del cuerpo cuando aparece la fatiga, de cara a no perder lo anterior. En el caso de un entrenamiento que busque las adaptaciones del sistema, aparte de eso se buscará la fatiga necesaria para que el organismo interprete que debe generar una adaptación del mismo para mejorar sus capacidades. Entonces, ¿tiene algo que ver la cotidianidad del gesto técnico? No, ¿tiene que ver la velocidad de ejecución? No, ¿tiene que ver el material usado? No, ¿tiene que ver el nombre de la metodología detrás del entrenamiento? No… Simplemente un ejercicio funcional es aquel que respeta la función de la musculatura y la articulación implicadas, y nada más.

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