En myofisix tenemos claro que entrenar va mucho más allá de, simplemente, mover o cansar el cuerpo. Con el entrenamiento eficiente tratamos de incentivar mejoras sobre la musculatura de manera segura, controlada y eficiente para un propósito claro: tu bienestar presente y futuro, en una clara idea de buscar longevidad con calidad de vida, que no deja de ser otra cosa que, el valerse por uno mismo.
¿Qué significa entrenar de manera eficiente?
Cuando hablamos de desarrollar un entrenamiento eficiente, es prioritario abandonar la creencia de que hacer más aporta mejores resultados, si no que es el hecho de hacerlo de forma correcta, como es el minimizar el estrés generado sobre nosotros mismos y los potenciales riesgos que implica el hecho de entrenar o lidiar con fuerzas y esfuerzos.
Beneficios de un entrenamiento eficiente
Entrenar, de per se, no aporta mejoras de manera automática. El cuerpo, en el fondo, no gana ni pierde nada, se adapta para poder hacer frente a las exigencias, fuerzas retadoras y esfuerzos recurrentes, con los que lidia de forma habitual. Esa adaptación, si el medio es suficientemente exigente, llevará a un cuerpo más fuerte y funcional. En el caso contrario, disminuirá esas prestaciones, porque percibe o interpreta que no las necesita.
El papel del entrenamiento no deja de ser el de generar un ambiente artificial a nuestro alrededor suficientemente duro, de cara a que la exigencia, la fatiga y el desgaste producido en esos entrenamientos incentive unas mejoras positivas sobre nuestro cuerpo. ¿Por estética? ¿Por funcionalidad? ¿Por nivel atlético? No. Por mera supervivencia. La adaptación siempre es en clave de poder subsistir a las dificultades con las que interactuamos.
Es por eso que entrenar mucho o poco, haciendo eso o aquello, siguiendo una u otra pauta, no es relevante. La clave es poder hacer entender a nuestro cerebro que debe mejorar nuestro cuerpo y nuestra funcionalidad. De ahí que el espíritu no debería ser el entrenar cuanto más mejor, o la búsqueda de las máximas ganancias, sino la de encontrar la mínima carga de entrenamiento posible, pero que venga acompañada de mejoras adaptativas. ¿Por qué la mínima carga efectiva? Para disminuir el estrés sufrido por el cuerpo, que se quiera o no, es un mayor riesgo de sufrir problemas físicos a futuro.
Y el papel del entrenamiento eficiente, precisamente, está en esa búsqueda de la mínima carga de entrenamiento eficaz, relacionada con la conocida “ventana terapéutica”, que es ese margen de daño desarrollado al entrenar que permite tener mejoras, pero sin inducir a potenciales riesgos para la salud.
Como en cualquier ámbito de la vida, ser eficiente es buscar resultados, ganancias, mejoras, a partir de usar los mínimos recursos posibles. En el mundo del entrenamiento, esos recursos son el tiempo y la energía destinados a la hora de entrenar. Por eso, en myofisix buscamos obtener la máxima intensidad de trabajo sobre las fibras musculares objetivo a una única serie, si es posible, buscando el fallo muscular de forma dinámica o con un isométrico final; desarrollando todo el proceso a ritmo constante y sin dejar que se hagan compensaciones ni apneas, teniendo el foco también sobre cómo se desarrolla la fuerza en cuanto a las sinergias internas musculares. Porque no es el modo de entrenar más divertido ni fácil de realizar, pero es aquel en el cual maximizamos el control de las fuerzas que interactúan contigo, la consciencia y la concentración sobre aquello que se está ejecutando y, en el caso que tratamos ahora, la máxima eficiencia del trabajo que recibe tu cuerpo.
La justificación para ser lo más eficientes posible es muy clara: prevenimos cualquier tipo de dolor o lesión, podemos detectar y subsanar disfunciones, sobrecargas o inhibiciones (músculos que no acaban de trabajar como deberían sea por una falta de “conexión” con el cerebro, debilidad o un patrón de activación no deseado), minimizamos el estrés y daño sobre el cuerpo sin perder el hecho de obtener resultados, logramos sesiones más cortas con lo que debes destinar menos tiempo a entrenar, y al trabajar con plena consciencia y control, dichas sesiones no se hacen tediosas, pesadas o aburridas.
En conclusión, nuestro papel es controlar que las sesiones que realicemos tengan sentido, bajo la idea de la búsqueda de la mejora recurrente sobre el cuerpo y el tratamiento de la función muscular, minimizando riesgos, de cara a buscar que seáis más longevos, fuertes, funcionales y que, a cualquier edad, podáis moveros y realizar esfuerzos sin depender de nada ni de nadie, tener una correcta postura, y poder llevar una vida activa disfrutar de la actividad física sin sufrir dolores. Y eso se logra, aparte de maximizando la seguridad y el control en todo momento, buscando la máxima eficiencia.